Mi nombre es Teresa
Araceli Huerta Ortega, y nací un 2 de Septiembre de 1989, en la ciudad de
Tapachula, estado de Chiapas, México.
Realicé mi preescolar y
primaria en el Instituto Tapachula A.C (ITAC), en donde, cursando el sexto
grado, adquirí una discapacidad visual provocada por una enfermedad llamada
esclerosis lúpica, la cual, modificó mi vida por completo, ya que dañó mis
nervios ópticos, reduciendo mi visión en un noventa por ciento.
Dicho impedimento me
obligó, a mí y a mi familia, a buscar los medios adecuados para adaptarme a mi
nueva circunstancia, a fin de reaprender actividades tan comunes como comer,
vestirme, caminar y, especialmente, poder seguir desenvolviéndome en un entorno
regular, no sólo en mi día a día, sino dentro del ámbito educativo.
Mi pérdida visual fue
gradual, pero no por eso fue más sencillo. El problema estuvo en que no comencé
a ver manchas ni nada parecido, sino que mi campo periférico se fue reduciendo
gradualmente y sin que yo me diera cuenta. ¿Cómo iba a darme cuenta? Yo creía
que todos los niños veían igual que yo, que arrastraban los pies para sentir
los escalones, o que debían desviar los ojos o mover la cabeza para distinguir
algunas cosas. Cuando empecé a tropezarme y a caerme más de lo habitual mi mamá
comenzó a preocuparse y así, inició el peregrinaje médico. Un peregrinaje que
acabó en el diagnóstico antes mencionado.
Una vez diagnosticada (y
con mis manos ahora por ojos), asistí a cursos del uso del bastón blanco en el
Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia, en la ciudad de
Tuxtla Gutiérrez, así como en la Asociación Civil «Ciegos Fundación Roma»,
ubicada en Córdoba Veracruz.
Continué estudiando la
secundaria en la misma institución (ITAC), valiéndome de herramientas como
grabadoras de audio, lectores de pantalla (este último facilitándome el poder
utilizar una computadora, ya que se encarga de leerme todo lo que hay en la
pantalla) y apoyo humano, con el objetivo de poder acceder al múltiple material
impreso que se manejaba, ya que por ese entonces no se contaba con los apoyos
necesarios, ni en lo referente a libros ni a personal capacitado para atender
mis necesidades educativas especiales. Fueron tiempos duros, muy duros, porque
yo era la niña rara, la que arrastraba los pies y la que se movía de forma
extraña. Las niñas que antes me dirigían la palabra dejaron de hacerlo, y como
tampoco podía explicar mi ceguera (era muy pequeña, apenas y entendía qué
ocurría), me quedé casi del todo sola (a excepción de las niñas que me habían conocido de toda la vida, las
cuales, me hablaban de vez en cuando).
Recuerdo que en el receso
me sentaba sola mientras comía mi sándwich y escuchaba los ruidos a mi
alrededor. De repente, una mañana, me di cuenta de que había a mi lado otra
niña que leía (la oía respirar, masticar y pasar las páginas de un libro). Al
principio, me daba miedo hablarle, por temor a que ella también se alejara al
saber que estaba con la rara, pero al cabo de unos días de mucho pensarlo, me
decidí a platicar con ella. Le pregunté cómo se llamaba y qué era lo que estaba
leyendo. Curiosamente, ella sabía mi nombre, y lo que estaba leyendo era «Harry
Potter». Le pregunté qué era eso, y ella comenzó a hablarme del niño mago con
mucha emoción. Le dije que yo no podía leer libros, y ella muy linda se ofreció
a leérmelos en los ratos libres. Fue lo mejor que me pudo haber pasado. Hasta
la fecha, Laura sigue siendo mi mejor amiga, y Harry Potter, el niño mago que
me obligó a seguir viviendo para conocer sus aventuras.
Sin embargo, mi lucha no
acabó allí. Tuve profesores que, a pesar de carecer de los conocimientos para
instruirme se las ingeniaron para hacerlo, pero hubieron otros que simplemente,
prefirieron lavarse las manos, o discriminarme a causa de su propia
incompetencia, su miedo a no saber qué hacer conmigo, porque y, ahora lo sé,
estaban asustados ante el hecho de tener que enfrentarse a lo desconocido, a lo
diferente. Al final, opté por cambiar de escuela, por lo que inicié mi preparación
de bachiller en la «Escuela Preparatoria Samuel León Brindis», haciéndome,
durante mi trayecto, acreedora a reconocimientos varios por participar en
actividades extra académicas.
Por otra parte, desde
pequeña mostré especial inquietud por contar historias, por lo que, a la edad
de quince años, me adentré en el mundo de las letras, convirtiendo lo que al
principio consideré como un mero pasatiempo en una obra de género fantástico,
titulada «Destino 01: Cultre», la cual vio la luz en formato digital en el año
2012 y que se comercializó a través de la librería de Amazon.com.
Posteriormente, se editó y publicó en formato papel, allá por fines del 2013, a
cargo del sello editorial Fénix, obteniendo infinidad de críticas tanto
nacionales como extranjeras. Cultre es una de las mejores cosas que me han
pasado, de la misma manera en lo que lo fue conocer a Laura o a ese tal Harry
Potter, porque sembró ilusiones en mí, el deseo y la confirmación de que los
sueños son alcanzables. Lo mismo puedo decir de mi blog literario, «Detrás de
la tecla», a través del cual he conocido a mucha gente, y en donde brindo apoyo
a escritores noveles y consagrados.
Lo único que me han
reprochado al respecto es el que algunos de mis trabajos (tanto como esa
primera novela como los posteriores escritos que mencionaré más adelante) los
firmé no con mi nombre, sino con un pseudónimo: resulta que yo siempre quise
llamarme Isabella, así que le agregué una t y una z (la T por «Teresa» y la Z,
porque es una letra que me gusta), dejando el nombre como «Itzabella», y
combinándolo con un apellido, también inventado, «Ortacelli», que es una mezcla
de mi apellido materno (Ortega) con mi segundo nombre (Araceli), logrando así
mi nombre artístico, «Itzabella Ortacelli».
Mientras tanto, seguí
preparándome y decidí estudiar la Licenciatura en Psicología, en el Instituto
de Estudios Superiores de Chiapas. Durante mi recorrido recibí diversos
reconocimientos, tanto por mi aprovechamiento como por mi calidad humana y
labor social. Asimismo, ofrecí conferencias y talleres en instituciones
externas, tales como el Centro de Atención Múltiple Horacio Quiroga (CAM),
entre otros recintos. Promoví, mediante pláticas y cursos, la sensibilización y concientización sobre el
trato y los derechos de los discapacitados, dirigiéndome a docentes, padres de
familia y al público en general.
Volviendo un poco a la
literatura, y luego de las maravillas y satisfacciones que la publicación de mi
primer manuscrito me dio, decidí apostar por los concursos. No tenía muchas
esperanzas en ellos, porque aunque mi trabajo había gustado a la gente, los
concursos son harina de otro costal, ya que tienes que hacer frente a un
jurado, y eso implica que ojos más expertos te evalúen, te midan. Pero una
amiga me convenció de que no tenía nada que perder, así que acepté el reto.
Para mi sorpresa, acabé
siendo publicada en antologías como «Escucharte aún más 2013», promovida por
Phonak México; «Breves heroicidades 2014», «Versos desde el corazón 2014» y
«Versos en el aire 2015», convocada por Diversidad literaria. También alcancé
el tercer lugar en el certamen de «Microrrelatos Creciendo Juntos sobre
discapacidad 2014», el cual significó mucho para mí, ya que el texto
participante, titulado «Estoy aquí», fue inspirado en una pequeña con Espectro Autista
que dejó una huella profunda en mi ser; de igual manera y, este fue un éxito
que jamás olvidaré, conseguí el segundo lugar en el concurso «Tu historia en el
cine 2014», en donde mi relato (junto con el del primer y el tercer lugar),
«Fiable», será convertido en una reproducción filmográfica. Por último, pero no
menos importante, me publicaron un texto este año, en el número trece de la
revista digital de análisis político «los heraldos negros», titulado «Golpes de
la vida».
¿Y como psicóloga? Bueno,
decir que me titulé por promedio, que tengo muchas expectativas en lo referente
a mi profesión (amo mi trabajo) y a lo que quiero hacer, incluso estoy tocando
puertas para publicar un libro de autoayuda que no hace mucho terminé, y aunque
un reciente diagnóstico de epilepsia me ha refrenado un poco, no por ello
pienso detenerme. Porque sólo se vive una vez, y porque la felicidad no es una
meta, sino una decisión.
Y yo he decidido ser
feliz, pese a todo.
Si deseas contactarme, puedes hacerlo a través de los
siguientes medios:
E-mail: tess_itza_ortaceli@hotmail.com
Twitter: @Itzabella02
Estaré encantada de atenderte.